Ayer estuve en el concesionario de KTM. Tenían una 790 casi montada y tuve la oportunidad de verla de cerca y sobetearla. Me dió sensación de ligereza, pero tampoco nada del otro mundo, evidentemente vacía. El asiento es duro de cojones, ancho aunque la altura es inferior a la de mi 660. Al mirar abajo se ve el panzón, yo diría que es mucho más estrecho que los perolos de una gs, pero comparada con la 1090 parece que esté preñada. La horquilla no es regulable, aún así los vendedores no pierden oportunidad de recordarte que la moto lleva "lo mejor". Tenían expuestas también una 1290 R y una 1090 R. Me gustaron más, aunque no son lo que busco. A la hora de comer compartí mesa con un par de campeones del catalán de velocidad y un par de mecánicos de motos, y al sacar el tema KTM salen los comentarios:
- "Las KTM son pepinos, van muy bien pero con 20.000km comienzan los ruiditos."
- "Yo pensaba que las de ahora ya no se rompían"
- "Se rompen menos, pero salen ruidos"
En resumen: no me enamoré y los comentarios tampoco empujan a ello