Después de pensarlo bastante, ya ante la imposibilidad de realizar el viaje a Marruecos de octubre, decidí hacer una ruta de Valencia a Cascais (Portugal) en línea recta y ayudado únicamente de mapas y brújula (regalo de mi suegra por mi cumpleaños).
No habría hoteles, no habría lujos, solo una vieja tienda canadiense de más de 20 años, repostajes y acopio de barritas, latas y demás. Por otra parte llevaría dos litros y medio de agua en el Camel Back.
A las siete de la mañana del jueves me levanté para cargar el móvil. (En verano vivo como un oso ermitaño, en una casa en la montaña cerca del circuito de Cheste, sin luz y sin agua potable, así que tengo que poner en marcha un pequeño generador a gasolina de dos tiempos que cargará el móvil)
A las nueve estoy listo con la moto cargada para comenzar esta prometedora aventura.
Me he construido un pequeño road book fijo, el cual he impermeabilizado por si las moscas con una capa de plástico.
A las diez (ya se que es un poco tarde) estoy ya dispuesto en la arena de la playa de Meliana, a un par de kilómetros de Valencia a la que se accede por una pequeña pista.
Comienzo la marcha, me he propuesto una velocidad ajustada de unos 100 Km / Hora como máximo, anunque probablemente ruede por lugares más lentos.
A la altura del rio Turia contemplé este precioso puente:
En Cheste me encontré con dos caballos, ajenos a cualquier tráfico rodado, al fondo podeis ver a los forestales en el Land Rover:
A partir del polideportivo de Cheste cogeré una pista que me llevará hasta Siete Aguas (¿os suena?). Aquí subiendo hacia la fuente del Enebro.
Esta otra es junto a la caseta de los forestales, en dirección a Siete Aguas. Se nota la carga adicional en la moto al evolucionar sobre las pistas...
y una vez llegados al conocido cruce, nos dirigimos a Siete aguas y de ahí, Siempre al Oeste!!
Hasta ahí el viaje era idílico, pero conforme me acercaba dirección Minglanilla el tiempo se volvió contra mí, comenzó a llover durante más de 1 hora lo que me obligó a parar, cuando ya estaba un poco calado, y me refugié bajo un enorme pino donde aproveché para comer una lata y unas barritas...
A la altura de Iniesta ya había dejado de llover, pero las nubes no me abandonaron.
Cerca de San Clemente aproveché unos minutos de sol para secarme los guantes y la ropa. Las botas sin embargo no se secaron, y menos los calcetines. Tampoco me podía poner la única muda de repuesto que llevaba (la reservaré), así que continué.
Estoy en la Ruta de Don Quijote, pero yo estoy más loco que él, ja, ja...
En algún precioso lugar, pero siempre rumbo hacia el Oeste...
Yo también quería salir
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Ya cerca de "El Toboso", pero Dulcinea tenía dos ruedas...
Subí por una pista fácil a enfrentarme a aquellos gigantes ¿habeis estado allí?
Camino de Villarrubia de los Ojos me encontré con este peazo campana
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Llegando a Fuente el Fresno cae la noche la puesta de Sol dibuja los trazos de la Dakar. La mala noticia es que se ha encendido misteriosamente el testigo de la temperatura.
Es casi de noche pero con mucha exposición todavía se puede ver donde pernoctaré.
Solos: mi vieja canadiense, la Dakar y yo. Esta es con Flash
A las 5 de la mañana el despertador me dice que hay que seguir. A oscuras desmonto la tienda (me la se de memoria). A las seis ya he desayunado unas barritas y he levantado el campamento, tras perderme por las pistas que subí de noche consigo alcanzar la carretera. De nuevo rumbo oeste.
Pero lo peor estaba por llegar. Al sobrepasar los 80 por hora el testigo de temperatura vuelve a lucir. NO NO NO NO NO NO. No puedo tener un problema de temperatura que me llevó al taller ya hace un par de meses.
Pues sí. Parece que no llevo agua. El termostato hace su función y el ventilador se pone en funcionamiento cuando toca. Pero por lo que se ve, la bomba no funciona.
Con paciencia, y a 50 por hora me dirijo a Ciudad Real, la ciudad grande más cercana que tengo.
Amanece en dirección a Ciudad Real
Finalmente llego a Ciudad Real, son casi las 8 de la mañana y con el tráfico la moto va a explotar. En la primera gasolinera llamo a la asistencia BMW. Vendrá una grúa a por mí. A los 30 minutos aparece una grúa que no había llevado una moto en la vida. ¡¡¡La querían enganchar de los radios!!!. Me llevan al concesionario y allí no me dan ninguna solución (ni siquiera abren la moto). Me dicen que es viernes, que se van, y que vienen las fiestas (ferias) así que no tendré moto en 7 (SIETE) días. Me lleva un taxi hasta la estación del AVE donde me dan un coche de alquiler... (otra vez hasta Valencia, en un monovolumen y con botas Alpinestar....)
Os aseguro que llegaré al Atlántico![]()
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Fin de la primera parte.