Gracias por los ánimos, al llegar a Valencia fuí a pedir explicaciones al concesionario BMW ya que hace muy poco que me cambiaron la bomba del agua, el termostato y el radiador (todo en garantía) y sin embargo de nuevo problemas de temperatura. Ellos, como era de esperar se lavaron las manos, pero... ya los cogeré!.

En fín, a los siete días volví a Ciudad Real con el monovolumen a recoger la Dakar, era viernes y llegué a las 13:45. Después de mirarme con mala cara por la hora que era, me dieron la moto y me dijeron que los retenes del eje de la bomba del agua estaban rotos, y peor aún, sospechaban que se habían roto al montarlos en el momento de reparar la anterior avería en el concesionario de Valencia ¿podeis creerlo?

Dentro de mí evolucionó una mezcla de rabia e insatisfacción aliñada con mala h*stia, lo que me condujo a un arrebato del que ahora me arrepiento y que me llevó a recorrer 2000 kilómetros, visitar Lisboa, conocer a un extraño personaje y regresar a Valencia antes de las dos de la tarde del sábado.

Pero esa historia la contaré en la 2ª parte de la crónica del Mediterráneo al Atlántico. Todavía no tengo reveladas las fotos (sí, aun no tengo cámara digital).