A finales del mes pasado estuve con Cesc y un grupito de raid por Andalucía. Dos etapas eran por Almería por el “desierto” y sobretodo sus ramblas. Estuvo muy, pero que muy bien, pero no se tienen las sensaciones de soledad e inmensidad que sí se experimentan en Marruecos.
En efecto, así es. Pero no hablo sólo de la zona fronteriza, si no de toda la mitad oriental del territorio, mucho más extensa y tranquila, a donde esperemos no se extienda en conflicto.