Totalmente de acuerdo: los primeros rasponazos molestan, más que doler. Nunca me importaron. Sí las roturas. Nada mejor que una moto desgastada, usada, con historias de las que hablar y reír.
Pero hablaba más de ganas. Y si, también, la situación. Sin lo que pesa ahora más, es probable que siguiera haciendo el cafre porque si, porque gustan esos subidones de adrenalina. Pero..., es lo que hay.
De todos modos esas XT 500 y demás que aparecen, eran lo contrario que las de ahora: menos de andar por autovía y más de meter por campo, motores pequeños y chasis pequeños que quedaban lejos del suelo, pero tus pies cerca de él, guardabarros de hierro y pocas cosas sobresaliendo que rompieran... Era muy diferente.