La espantada del insolidario que iba en moto (no se le puede llamar motard) se puede entender si iba equipado conjuntadamente
y con las botas relucientes...
También tuviste suerte que llegasen antes los cazadores que sus perros![]()
Es fácil comprender como el desconcierto inicial se transformó en angustia, sin duda un mal trago. Pero con final feliz.
Moraleja, a veces recibes mas ayuda de quien menos lo esperas.