Cierto, la DRZ-E me permite ese punto de exploración de haber que sigue y si puedo continuar, valorando sobre el terreno la posibilidad de retirada aún en situaciones donde con otras motos, no mucho más pesadas, sería muchísimo peor.

Otra exploratoria de nuevos horizontes, de nuevas sensaciones, la mente se abstrae en un mundo de pensamientos y cálculos a la vez que asimila la cantidad de datos recibidos de los sentidos, un conglomerado que proporciona felicidad. Que bonito es el trail.

Me alegro que te haya gustado la crónica.

Salut i gas.