El compañero LummRider se quedó sin avatar...

[Carlos75]

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La carretera de acceso al faro de Punta Nariga es de una belleza intensa, al menos en moto.







Esta brava punta de A Costa da Morte gallega tiene el honor de estar vigilada por un moderno y hermoso
faro que tiene la peculiaridad de tener una "proa" con la escultura de un Atalante.




Guapa y pertinente. De hecho a nuestro compañero de foro LummRider le motivó para convertirla en su avatar.
A cualquiera que fuera por allí le producía una mas que agradable impresión.




Pero esta semana unos desamados consideraron que el precio de su bronce es lo único que tiene de valor.




El artista Manuel Coia debe estar muy fastidiado, pero a todos los que el lugar y su emblema nos atraía, también.

¡Lo siento LummRider!

[manchi]

¡Cuanto desalmado!

[mugire]

gentuza

[Surtees_F1_500]

Qué asco de gente, de verdad...

[faca]

Y lo venderán y los pillarán y nada pasará

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[mugire]

con suerte al escultor le encargaran una replica..

[jaimev]

Que pena...

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[XAVIBTA]

sv650s/dl650/cb600f/t7

[LummRider]

Pues me he quedado a cuadros... el vandalismo siempre me cabrea, pero con esta escultura en concreto me duele especialmente. No soy entendido en arte pero con esta obra conecté en el momento en que la vi, era muy sugerente y expresiva, allí en su atalaya, dispuesta a saltar al vacío para encontrarse con el horizonte. Por eso la elegí como avatar y era un lugar que frecuentaba. Sin duda era una obra genial.

He estado buscando información sobre el robo y parece que la tonelada de bronce está a unos 5.000€ con lo cual era una pieza muy apetecible, y por el momento nada se sabe de los autores. Otra cosa es la vista gorda que hacen los chatarreos... es para darles de comer aparte, les vale todo!!!

El autor de la escultura falleció en 2017, no sufrirá por la pérdida pero tampoco existirá la posibilidad de realizar una replica.

En fin, una pena.

[Salvador_01]

Yo también me he quedado a cuadros cuando leí la noticia en La Voz de Galicia. Cuando la vi por primera vez me pareció preciosa, tanto por su forma como por su enclave. Era el mascarón de proa de un faro en un mar de rocas. ¡Qué pena!