En mi anterior post me olvidé de un detalle,
más ancha yendo de pie. Y es que yo soy mucho de ir de pie, ya sea con una de trial o con una enduro/trail. Sentado está claro que no hay color a favor de la 4Ride. Gráficamente podéis ver la posición del estribo, y la zona donde apoya la pantorrilla que es más ancha en la 4Ride. No os puedo dar la medida, pero aparte de las sensaciones, lo medí a ojo en una vista cenital desde encima del asiento hacia los estribos. Más aún si basculas las piernas hacia atrás en una bajada, poniéndose las pantorrillas a la altura de la "M".
Pero ya dije, espero darle otra oportunidad. Descarto el efecto XR, pero igual ayudaría calzar las Spica
vintage, en lugar de botas de enduro.
Aqui se ve donde cae la pantorrilla al trialear
Y en cuanto a lo del guardabarros estas son las consecuencias de hacer un
allavoy y que el portamatrículas se enganche en el suelo. Las trialeras puras llevan un adorno de guardabarros, flexible, ligero que no soporta al más mínimo peso, minimalismo puro. Aquí tuvieron que hacer algo para reforzarlo, y está bien, pero no para un uso por el monte. Estructura metálica fijada al cajón + Guardabarros inferior que hacer de portamatrículas de plástico rígido + guardabarros bonito, todo ello fijado con múltiples tornillos. No deja de ser un añadido made in Spain, que no lo han hecho precisamente los japoneses. Con otro diseño, primero sólo habría que cambiar el portamatrículas, y segundo la estructura metálica hubiera saltado con algún
fusible que se hubiera roto quedando la pieza arrancada pero entera, que rígida lo es un rato pero para aguantar fuerza en un sentido, no en el contrario.
La estructura metálica traza la curvatura del guardabarros en origen, tras el enganchón estas fueron las consecuencias.
Aquí en proceso de reparación por nuestro colega McGyver. Observad los tramos de los que está compuesta esta estructura que cuesta 150€. No tiene pinta de que lo haga un robot, ya lo dije made in...
Y con la ayuda de esta herramienta que no se suele llevar en la riñonera.
Esto le valió dedicarle un póster y unas cuantas birras.
Al final, nos divierte tanto montar como compartir esos ratos recordando nuestra infancia con el Mecano, cerveza en mano.
P.d.: y que conste que me la miro con mucho cariño, que todavía no descarto tener una de esas que me permita disfrutar por parajes donde con la XR es complicado y poco civilizado con criterios de hoy en día. Lo más parecido a la Cota 242 que me permitía llegar a casi todos los sitios, pero esa es ya otra historia.