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Rodamos por el sur este de Lugo.
¿Tirar? ..."palante"
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De pronto parece que el compi mete la moto en un garaje ajeno...pero en realidad es para pillar una pista, la callejuela pasa bajo una vivienda.
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Pese a ir con la peque, el renqueante tobillo derecho, al sentir los deslizamientos propios de las pistas de tierra húmedas, parece decirme - ¿Me vas a tratar bien? ¿A que si?
Lo interpreto adecuadamente y volvemos al asfalto.
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Lejos de ser un paso atrás, rodar por estas carreteras es un placer y le da sentido al trail asfáltico.
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Acostumbrado a comer en función de los turnos de trabajo, se me enciende la luz del deposito corporal.
Paro y le digo al que pasea una cámara de vídeo como adorno (olvidó meterle la tarjeta) que va tocando aligerar la compra del super.
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Al poco rato de otra guapa carretera llegamos al portal de Belén (bueno de Riocereixa de Abaixo, mas exactamente) y damos
cuenta del bocata y cerveza como si estuviésemos en un restaurante etnográfico.
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A falta de otra cosa de postre, nos servimos unos "chupitos" de curvas y panorámicas con denominación de origen.
Nada mejor.
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Y como la noche nos confunde, decidimos regresar al futuro de cada uno a una hora prudente.
A veces lo memorable está en la sencillez y para eso han colaborado unas elementales motos.
¡Gracias a vosotras, chicas!
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