Tras haber pasado cuatro dias a contrareloj junto a mi cuñado realizando la transpirenaica off -él con una Dr400 y yo a lomos de una TA700- cuando nos despedimos en Figueras y pude volver "en solitario" a casa disfruté como un niño al no tener que andar todo el rato controlando si me seguía o le alcanzaba... Aquel fue sin duda uno de esos dias de los que mas grato recuerdo conservo conduciendo una moto.