¡ Buenas chic@s !
En nuestro caso tras dos años agridulces por temas de salud, por fin he visto reír y disfrutar a Zoraida como hace unos años atrás.
Corroboro lo de Kdda de sanación.
¡ Muchísimas gracias a todos !
Hemos disfrutado de cuatro días festivos en que el principal aliciente era volver a ver y ponerle cara a la pandilla de cachondos y simpáticos foreros.
Estas mini vacaciones la iniciamos el viernes levantándonos sin prisa y tras un buen desayuno, montamos los bártulos en la ktmantis y salimos sin ruta fija pero sí con lugar de destino.
Tras los 400 kms aparcamos la moto delante del bar y que maravillosa y efusiva bienvenida nos dio Amotera.
Tras presentaciones, refrigerios y cervezas, la jefa, con una coordinación certera, nos ubicaba en nuestros aposentos para azicalarnos y estar guapo para la copiosa y sabrosa cena.
El día de rodada se despertaba soleado y fresquito donde después de desayunar nos fuimos agrupando por grupos para iniciar el recorrido en el que por circunstancias obias, sr. cono con moto de más de 200kgr y pasajero ,nos decantamos por el asfáltico.
No me hubiera imaginado nunca que disfrutaría tanto de una ruta siguiendo a un triciclo que va a paso. El recorrido y compañía contrarestó mi vena racing.
Tras varios altos en el camino llegó la hora de sabrosa comida con su paella, pollo escabechado, ensaladas, postres y cafeses, donde continuábamos con la cháchara de moteros y un pequeño descanso para algunos.
Al estar comiendo casi a los pies de la Torre-Castillo de los Señores, se propuso hacer la foto grupal motorizada allí.
El tiempo pasaba volando y viendo que se acercaba la hora de las pastillas rojas, verdes y amarillasde Zoraida, nos dimos cuenta que entre el uno y la otra, se nos quedaron en la alojamiento. Así que tuvimos que abandonar la ruta y dirigirnos al pueblo por la vía más rápida.
Ella al estar un poco cansada optó por quedarse allí y yo me desfogué un poco al hacer un trocito del final del track off.
A medida que íbamos llegando y ya limpitos, volvíamos a reunirnos en el centro neurálgico del pueblo hasta las tantas de la noche retomando las batallitas moteras.
El domingo ya más escalonadamente asistíamos al desayuno e íbamos despidiendonos a medida que cada uno marchaba. En nuestro caso volvíamos a salir sin camino fijo ni destino aunque siempre acercándonos un poquito más a casa, pasando por zonas y pueblos que no conocía su existencia y acabando la jornada en Morella.
El lunes volvimos a salir pero con destino fijado. Iríamos a caminar un rato por el Parrizal de Beceite un lugar precioso aunque con escasez de agua.
Agua ⛈️ que nos calló tras el aviso de los truenos que se oían mientras tomábamos un tentempié al final del recorrido, durante el camino de vuelta.
El tiempo nos dio un respiro al llegar al parking y tras secarnos,
cambiarnos de camisetas y volver a vestirnos de moteros, iniciamos el camino a casa bajo lluvias intensas pero imtermitentes y acabar uno de los mejores fin de semana motero y turístico de los últimos años.
Lo dicho chic@S.
Encantados de compartir los momentos vividos con vosotros.
Vsss!