Sábado previo a la madrugada del cambio de hora; El mejor momento para salir a "esas horas" y probar cómo van las luces de la nueva Transalp; Cojo los trastos, vuelvo al termo y unas galletas, cargo, y al cercano Valle del Tajuña: carreteras bien asfaltadas, carreteras estrechas abolladas y agujereadas, pistas, caminos, alguna zona de bosque, valles, caminos, altos y pueblos.



Sigo comparando la actual Transalp con la anterior, y he de decir que me gustan más las luces de la 700 y anteriores, las del faro rectangular. Las cortas tienen de bueno que dan más luz en los laterales, pero, son muy cortas, y no por ajuste. Se acaban muy cerca. Las largas muy bien.

LLené el depósito en una gasolinera a cargo de una joven muy despierta para las horas que eran, y pensando en que ahora tocaba absoluto paseo, estrené el aparatito con los cascos para ponerme algo de música. Parece que voy en el coche poniendo música, subiendo o bajando el volumen cuando llega una guitarra, enterándome si alguien envía una mensaje, pero, ¿qué pasa con Whatsap? Envío sms, y puedo recibir whatasap pero no enviarlos. Algo raro hay.

Empecé a rodar, con el olor a humedad de esas horas, hacia donde había pensado en desayunar.



El conductor de una BMW serie 3 azul me cortó el rollo cuando me quitaba el casco. Otro insomne. Así que me largué subiendo dulcemente marchas sin el embrague, no así cuando toca reducir. O no le pillo el truco al quickshifter, o esto no va como esperaba, aunque nunca he tenido o probado uno. Unas veces reduce bien y me digo que es un invento, pero otras parece que se me olvidó coger el embrague.




Tuve algo de chirimiri. Música, humedad, mejor posición que en la Transalp 700, con las piernas mas estiradas y los brazos más relajados, y me desvío por un camino que me retira de la carretera.




Parece que sale el sol. No hace frío, aunque las manos se quedaban algo frías. Buen sitio para sacar el desayuno. Ahora sí.

Al rato, tras tomarme algo caliente con unas galletas, contemplar el paisaje, al paisano del tractor e indignarme mirando el roce que ya tiene una tapa de la primera caída que las defensas superiores habrían evitado, pero, que no me gustan nada de nada con ese refuerzo alrededor del faro, más acertado para tirar de una mula, encontré una buena pista con buen firme y pendiente, que subí en modo User con el mínimo de control de tracción. Como ventaja encuentro que la moto no se va, pero, la fuerte pendiente con arena, zonas de piedras, y posibilidad de subir con velocidad, hace que entre el control de tracción constantemente, lo que no se si me gusta, pues, resulta como ese alguien que te interrumpe constantemente cuando estás haciendo algo y no te deja hacer lo que quieres de tirón. Me lo tomo como un juego, a ver si me hago o no, porque entiendo que resultará más seguro, pero, tampoco lo he tenido nunca y no se si lograré acostumbrarme o lo dejaré apagado del todo para el campo siempre.




Una vez arriba, encontré un camino entra dos laderas con unas buenas vistas, pero, la pista en buen estado tal vez arreglada no hace mucho para sortear la pendiente, pasaba a ser un camino, y, a veces con barrillo fino que estos neumáticos de origen no digieren. Son unos Dunlop, y en seco me han sorprendido, pero, aquí me asustan.





Por el momento, no deseo más destrozos en las tapas de los radiadores. Así que me bajé de allí muy tranquilamente, terminando en una casa conocida, y cerca de otro camino que me gusta mucho, siempre en buen estado que da acceso a otras casas aisladas. Buena ocasión para bautizar a la siete y medio.





Para mi sorpresa, hubo tramos muy embarrados. Estuve por darme la vuelta. Quité el control de tracción, pero, volví a ponerlo porque pasar por el barro, ayudado de las piernas, sin que la rueda de atrás se fuera, ayudaba en esas circunstancias.


Con calor, la cremallera de la chaqueta bajada, y los guantes finos, llegué a la carretera de nuevo. Me convencí de que mejor otro día algo más de campo, y me fui por una buenas curvas con buen asfalto a jugar y seguir conociendo el nuevo modelo, una vez pasada la revisión de los mil kms. Me sigue pareciendo cómoda, estable, con las suspensiones suficientemente buenas para... todo, y voy más cómodo que con las retocadas suspensiones de la 700 que funcionan de lujo para su recorrido, a costa de resultar demasiado consistentes.

Regresando, siguiendo las indicaciones del navegador, otra ventaja grande, la subí más allá de las seis mil vueltas. Tercera y venga. Menos mal que no la he comprado por su potencia. Me sobra motor por todas partes. Sigo pensando que entre una CB 500 y estas Transalp y Africas falta un modelo de 70 cv.