Yo hace siete años que me he jubilado y todavía no me lo creo. Tengo la suerte que de la panda de antiguos moteros asalariados, ahora ya jubilados, cuatro siguen montando en moto y nos reunimos, previa ruta comarcal, entorno a una mesa zanpandonos todo lo que nos pongan, sin remilgos, y a su vez arreglamos el mundo. Luego para casa y hasta la próxima.