Lo importante es tener alguien que esté dispuesto.
Recuerdo cuando tenía la Hyosung de 125 que llevé a mi contraria a dar una vuelta (como es bastante rehacia a las motos me costó mucho) y eran caminos chungos. Resultado: llegó con ampollas en las manos de agarrarse a las asideras.
Creo que desde entonces no ha vuelto a ningún sitio conmigo, solo una vez a buscar el pan.
En fin, poderse se puede, pero es vital saber hasta dónde quiere llegar el que va de paquete, porque el límite suele estar más en el que en las posibilidades de la moto.