A las 10 nos juntábamos en Peralta Fran (XR650), Guelphon (XR600) y yo (Pegaso 650), rodeados aún de bastante niebla.
De ahí, todo por pistas conocidas, nos íbamos a dirigir a Tafalla, con la primera parada en la torre (o lo que queda de ella) musulmana de Marcilla:
Siguiendo por pistas en no demasiado buen estado pero divertidas y luego autopistas, llegamos a Tafalla, donde, tras cruzarla, cogeríamos las pistas que llevan a la sierra de Guerinda. No las conocíamos, pero íbamos bien aconsejados por el resto del komando navarro.
Como véis, aún quedaba algo de niebla, pero todo indicaba que sus horas estaban contadas.
Subiendo poco a poco pero continuamente, la niebla se fue del todo, dejándonos ver otro de los incontables paisajes que hay por Navarra:
Hasta aquí, todo eran pistas sencillas, aunque con una subida algo traicionera, en la que, tras meterme en un surco, se me fue al suelo la Pegaso. Pero por lo demás, las pistas eran "autopistas". Así que, viendo que no íbamos a tener muchas emociones endureras, y animados por un paseante que nos cruzamos, decidimos subir, en vez de seguir por las "autopistas", por la pista que se ve al fondo en esta foto:
El hombre nos decía que sin problemas, que eso lo subíamos con las motos sin problemas. Y si, subimos, pero costó un rato. Estaba llena de escalones, piedras sueltas, surcos, etc, y en cuanto te parabas, la moto ya no agarraba, como me sucedió a mí otra vez con la Pegaso, me paré, intenté tirar p'alante, y la rueda no hacía más que patinar, y ale, al suelo otra vezAfortunadamente fue a menos de 10kph, y realmente más que caerme lo que hice fue soltar la moto. Con la ayuda de Guelphon, la levantamos.
Aquí se ve a Fran al final de la susodicha (que por cierto parecía que no se acababa nunca):
Fran sacó varias fotos de la subida y mi caída, así que en esas se verá mejor, pero como muestra, aquí tenéis la sudada que me pegué y el careto que se me quedó:
Tras un merecido descanso, seguimos recto por la cresta de la sierra, donde se veían preciosos paisajes:
Y kms y kms de pistas:
Con pistas asfaltadas y ¡molinos! (de los de antes):
Como íbamos ya un poco mal de tiempo, decidimos tirar sin parar hasta el alto de Uzquita, donde se terminaba nuestra ruta pistera. Yo sólo paré al lado de unas vacas que, como siempre, me resultan muy simpáticas, sobre todo porque siempre miran a la cámara :-)
Esta es la más simpática de todas:
Desde Uzquita ya cogimos carretera, primero en bastante mal estado, y luego un poco mejor, hasta Garinoain, pasando por Leoz y otros pueblos diminutos cuyos nombres no recuerdo. De Garinoain a Tafalla, por la nacional, donde paramos a tomar un pintxo, que nos lo habíamos ganado. Después, acompañé a Fran hasta Caparroso por pistas, y ya cada mochuelo a su olivo.
Una ruta genial, aunque creo que ya que se va subiendo el nivel de las salidas del komando navarro-riojano, voy a tener que ponerle tacos ya de una vez por todas a la Pegaso. Aunque pude con la subida, bastante técnica, por cierto, la verdad es que las ruedas patinaban como locas.
A ver si Fran pone sus fotos de la subida
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