Muy buenas a todos. Ahí va la crónica de este miércoles por la tarde, ya como Komando Isleño. Fue una ruta no muy larga pero con sustancia, dentro del municipio más poblado del archipiélago (casi 400.000 almas), aunque no es una ruta urbana. El barranco del Guiniguada nace en el centro de la isla y su tramo final (que fue el que hicimos) discurre por la capital de la isla, Las Palmas de G.C., separando los dos barrios con más solera: Vegueta, señorial y eclesiástico, y Triana, más comercial y burgués (la ciudad fue fundada tomando como modelo Sevilla, el Guiniguada sería un pequeño Guadalquivir que ya no lleva agua).

La pista comienza muy cerca del casco histórico (Vegueta y Catedral de Santa Ana), siguiendo el fondo del barranco entre fincas de plataneras y alguna vaquería.





















Hasta los pilares del puente de la nueva circunvalación está en buen estado, de ahí para arriba es otro cantar. La pista se convierte en un pedregoso sendero, pero despacito y con calma vamos sorteando boliches.












De pronto este escalón, la foto no muestra la mala leche que tenía, pero ya que estábamos, “arre burra”.










Aquí el amigo Neodes más relajado, ya estábamos arriba.






Después de otro trozo peliagudo, retomamos la pista. Parece milagro, sólo toqué el cubrecarter de la kle una vez, otro abollón para la colección (está pidiendo a gritos un refuerzo).









Pero pronto se acabó lo suave, ahora el sendero era una galería de cañas con algo de barro (ahora entiendo su mala fama, si no me empuja Neodes no salgo). Parecía que se acababa la aventura por hoy, con algo de pena nos dábamos la vuelta para tomar una pista que nos sacaría del barranco.





















Lo que no sabíamos es que más arriba había una cadena que nos impedía salir, los astros se aliaron con nosotros, y retomamos el sendero que habíamos dejado, que no era para tanto una vez salimos del barrizal. Después de un divertido trecho, otra pista y en unos minutos en una carretera general.















Bueno, ya está bien por hoy, espero que les guste, ya seguiremos llevándoles pedazos de nuestra tierra a sus pantallas. Saludos y birras para todos.