Ya lo decía el gran Jeremy Mcgrath después de montar un FIM trasero barato en una prueba de supercross, donde todos se burlaron, y acabó ganando la prueba:
"No hay neumáticos malos, si no elecciones erróneas".
Por lo visto el compuesto de la tierra era muy arcilloso y los neumáticos de cross tenían tanto agarre que no le permitía derrapar a gusto para tomar las curvas más deprisa. Los tacos más cortos del FIM no agarraban tanto, justo lo que él buscaba en esa prueba.
Todo un fuera de serie.