Por lo menos aquí en Catalunya, lo malo es que cuando lo hace es en plan inundaciones y riadas, y la gente tiene la manía de aparcar los coches en las rieras, como si no lo supiesen de cada año.
Hoy hemos estado explorando unas pistas para una próxima kedada y la verdad, me he alegrado mucho de ver tanto barro... quizá hasta demasiado...