Salí la mañana del domingo con la única compañía de mi fiel DRZ 400-S. Tenía una ruta pendiente por pistas tranquilas y fáciles, así que aproveché la oportunidad y me llevé en la mochila la cámara de fotos.

Después de abandonar Bilbao, me dirijo por carretera hasta Amorebieta. Cojo dirección Gernika y antes de llegar me desvío a la derecha hacia el tranquilo pueblo de Gorozika:

Aquí lo vemos :



Comienzo la ascensión por pista hacia una ermita mientras disfruto del paisaje:





Aquí la ermita que corona la cima:







Bajo de la cima y cojo la pista principal que espero que me lleve hasta Morga, aunque no estoy seguro. Por el camino unas fotos:







En esta foto, puede apreciarse la Villa de Gernika a lo lejos:



Mas fotos:



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Recorridos unos 15 Km de pista, piso asfalto sin tener ni idea de donde estoy. Enciendo el GPS con el TomTom cargado y me indica que estoy cerca de Morga. No me había equivocado. Sigo carretera abajo y me encuentro con una pequeña ermita donde muchos años atrás se descubrieron 3 lápidas de la época romana.







Observo junto a la ermita unos indicadores de ruta.



Mi próximo destino es Larabetzu, pero prefiero ir por carretera y tomarme un cafecito en Andra Mari de Morga.

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Después de pasar el Alto de Morga llego a Goikolexea, barrio perteneciente a municipio de Larrabetzu. Su antigua iglesia tiene algo especial para el visitante.





Dejo atrás el municipio de Larrabetzu y recorro el valle de Asúa camino del monte Ganguren. Acostumbro a subir por esta trialera que se complica a medida que avanza, pero tenía el día tranquilo y he seguido ascendiendo por carretera hasta coger otra pista mas cómoda.



Esta otra subida la he hecho una vez con mi anterior 125 y en el tramo superior la rueda delantera no tocaba suelo. El día que me anime lo suficiente lo intentaré con la DRZ.



Una pequeña vista del Valle de Asúa desde la cima del Ganguren.



En la cima de esta montaña hay varios bunkers antiaéreos de la guerra civil. Aquí el bando republicano disparaba a la Legión Cóndor alemana intentando en vano derribar algún avión. Con el armamento del que disponían unos y otros, era como intentar derribar un Boeing a pedradas. Entre los diferentes nidos antiaéreos hay galerías subterráneas que los unen. De pequeños solíamos bajar con linternas a explorarlas. Están actualmente en un estado pésimo.



Mas vistas desde la cima.







Como el tiempo apremia, voy hacia casa pasando por el mirador del Monte Artxanda. Desde este lugar se tienen unas de las mejores vistas de Bilbao.