Ayer no tuve buen dia. Tenía que haber ido a la concentración de Villalpando en la que varios amigos de éste foro iban a asistir y guiados por Tapitrail recorrer los caminos de los alrededores. Mi trabajo hizo que tuviese que hacer unas entregas cuando éstas estaban previstas para el lunes. Estuve todo el día pensando en la moto, en lo bien que lo tenían que estar por Villalpando y maldecía mi mala suerte por no poder asistir, pero lo primero es lo primero, antes en mi caso es la obligación que la devoción. En éstas que iba camino de la costa asturiana por la autopista del Huerna A-66. Llevaba desde León cruzándome con infinidad de motos, alguna me adelantaba ya de regreso a su casa. Desconocía si había alguna concentración, pero se que los asturianos son muy daos a salir los sábados y domingos a "hacer unas curvinas" y supuse que con el mágnífico día que hacía todos los astures habían sacado sus motos a la carretera. Con tanta moto en mi camino casi me olvidaba que iba enlatado y casi me daban ganas de saludar a mi también a los moteros con los que me cruzaba. Iba un poco metido en la salsa y me hacía casi olvidarme de mi desdicha de no estar yo subido en mi princesa disfrutando del ambiente.
Cuando de repente nada más pasar la gasolinera de Cepsa que hay pasando Pola de Lena observo que algo ocurre en el carril contrario. No hay tráfico de frente y se atisba una pequeña retención a unos cientos de metros. Comienzo a reducir un poco a ver si puedo ver algo. En ésta zona hay doble altura de guardarrail y apenas veo los techos de los coches y alguna persona saliendo de los coches. Algo pasaba y acavaba de ocurrir porque apenas había una docena de coches. Me fui arrimando al arcén sin intención de parar y entre los pilares de los guardarrailes pude ver a un motorista tumbado sobre el asfalto. Estaba destrozado y estaba al lado de los guardarrailes. La imagen dantesca me dejó paralizado, o el pobre hombre estaba totalmente enroscado o el pilar lo había cortado ya que lo único que le vi fue el tronco, mejor dicho, la espalda. En el extremo contrario de la calzada pude ver otro bulto, pero ya sin tiempo de poder distinguir si era la moto o que llevaba compañía sobre ella. No pude parar por la cantidad de tráfico que venía en el mismo sentido a mi y también por miedo a causar otro accidente. La Guardia Civil de tráfico no había llegado ni tampoco las asistencias sanitarias y a los pocos kilómetros me crucé con ambos.
A la vuelta de regreso a casa, en el lugar del accidente estaban los de atestados y reduje la marcha lo que pude. Estaban justo en el lugar del impacto. La moto había chocado contra los guardarrailes de la mediana y había arrancado dos pilares seguidos. El choque tuvo que ser brutal para retorcerlos hasta tocar el suelo como si fuesen de plastilina. Yo no dejaba de pensar en el motorista.
Esta mañana seguía pensando en lo sucedido, tenía grabado la dantesca imagen del cuerpo del motorista sobre el asfalto y lo primero que hice fue buscar la noticia en internet. La edicción digital de algún periódico astur me confirmaba mi presagio "Motorista muerto en la A-66".
Descanse en paz
Ráfagas al cielo
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