Salimos hacia Castroverde (Lugo). Nos esperan un montón de colegas, a cada cual, mejor. Con la configuración de madre en stand-by durante dos dias, la sonrisa de una mujer es perceptible a través del integral.
Bucolicas vistas de las habitación que generosamente nos cedieron
En el local de un club motero había máquinas muy chulas, pero para mi la Lambretta tiene "algo"...
... es parte de mi "infancia" motera.
Con muy buen rollo, una relajante ruta primero y sabroso pulpo después.
Dejamos a los "niños grandes" con cierto pesar, pero con muy buenas vibraciones. Vamos camino de Os
Ancares.
La tarde transcurre serena y con suaves paisajes.
Si hacia una foto, perdía mi primera posición.
Los trabajados montes de Cela.
Seguimos ladera arriba.
La sierra de Pando. Siempre coqueta.
Sobrepasados los húmedos bosques de castaños, el asfalto ya ofrece seguridad.
La cumbre de Penarubia (1798 m) destaca hacia el S.E. La hemos ascendido hace unos años; muy
recomendable.
Atravesamos la artística paleta de colores otoñales.
Campa da Braña, donde nos alojaremos esta noche, luce en su collado.
Un vistazo atrás.
Nos detenemos un instante...
... y emerge Degrada.
Subimos hacia el albergue de Ancares...
... cuyo edificio...
... y vistas, se venden solas.
Un fuerte descenso de 2km y abrazamos a nuestros amigos del Mesón Campa da Braña; nuestra casa aquí.
Nos perdonan que vengamos sin los chavales y nos dan la habitación que usábamos cuando solo éramos
una pareja de montañeros. Charlamos y cenamos. Con la luz de la luna creciente nos vamos a la cama.
Desayuno tardío como antaño y un breve paseo.
Campa da Braña atrás...
... y secretos valles a nuestros piés.
Mientras caminamos, le voy contando la historia de un viaje por aquí con mi amigo Juan y su Gilera y yo
con mi Africa...
...un fin de semana del pasado siglo.
Una llamada a Ceibe. Tienen planes de comer en Balboa. Y como es un mago de las relaciones públicas,
consigue reservar para seis en un sitio petado. Incluso ya allí logra dos sillas más para unos "aparecidos".
Salimos para allá...
... con una espléndida mañana...
...y una carretera sin tráfico.
El castillo de Doiras marca el comienzo del puerto del Portelo, donde los Ancares se convierten en leoneses.
La Fazer pasa Doiras...
... y la Domi también. Comenzando el ascenso.
Hoy todo está guapo.
Me entretengo un poco por una carreterilla...
... y me están esperando arriba.
Nos recibe León con el calorcillo de una ladera orientada al sur.
La bajada exige cierta concentración...
... no conviene dejarse seducir en exceso por el paisaje...
... ni con la armonía de las pallozas.
Llegando a Balboa.
El dia, un regalo...
... y el entorno, otro.