Logicamente, esos caminos y las poses de la Yamaha invitan a ver el enlace.

Parece que disfrutas de la moto y de tu segunda casa. Cuando escribes
"
Por primera vez me visto en casa y salgo de ella con el casco puesto. Cierro la puerta y la moto me espera a un metro"

entiendo esa ilusión pues uno se puede permitir lo mismo habitualmente Uno de los pros de no vivir en la ciudad.