Buenas carreteras pero con mucho tráfico de vehículos, todo llano y sin curvas, ninguna montaña a la vista.
El paisaje está formado por campos (trigo, maíz, girasoles), bosques, pequeños lagos y humedales.
No hay pueblos, de vez en cuando alguna gasolinera, gostinitsa y café.
A media tarde me paro en un complejo a pie de carretera donde se detienen los camiones para pasar la noche donde hay grandes aparcamientos, taller, gasolinera y motel.
El motel es muy básico y barato, sin lujos, limpio pero todo muy viejo.
En el bar para comer tienen las omnipresentes ensaladas de tomates con pepino, carne y pescado. Tanto la carne como el pescado los tienen cocinados dentro de la nevera, la abren y me dan a elegir: pido pescado que es lo que hace menos mala cara.
Pido una cerveza y me dicen que debe ser una botella, no lo entiendo ya que veo un tirador, hasta que me enseñan el tirador (que es especial para llenar botellas) y una botella de plástico vacía; pido media botella y me dicen que debe ser una botella entera ... suerte que la cerveza es muy floja.
Al día siguiente el día fresco y nublado, no tarda mucho en ponerse a llover, algunas veces con fuerza y me cobijo en las paradas del bus.
Paso junto a Cheliábinsk y me acuerdo que hace 6 años pasó un meteoro a más de 54.000 kms/h y estalló cerca de la ciudad a unos 25 kms de altura. Se calcula que el meteoro tenía unos 20 metros de diámetro y pesaba unas 10 toneladas. Debido a la onda expansiva y hubo un millar de heridos.
Estos días por las llanuras rusas he estado a unos 250 metros de altura pero hoy la llego los Urales subo hasta los 900 metros y al fin encuentro cuatro curvas.
Me paro en otra motel de carretera, sigue lloviendo.











